La pandemia cambió de manera radical las rutinas en los hogares. Esto ha creado una oportunidad para que los hombres asuman responsabilidades de cuidado y trabajo doméstico. El reto ahora se enfoca en cerrar la brecha del cuidad existente. Un nuevo reporte ofrece un plan de acción para hacerlo.
En el mes de junio se celebra en muchos países el día del padre. Una fecha para reconocer al 80% de los hombres que se convertirán en padres a lo largo de su vida.
La paternidad es una de las expresiones más poderosas de lo que significa ser hombre. En muchas sociedades es también una fuente esencial de poder. Permite a los hombres decidir quién tiene acceso a recursos, quién tiene control sobre su cuerpo y determinar qué tiene importancia y merece atención.
En otras palabras, es la base que sostiene y replica múltiples manifestaciones del patriarcado: desde historias de linaje, narrativas religiosas y de padres fundadores, hasta la selección de los apellidos y la construcción del patriotismo.
El patriarcado ha sido construido con paciencia día a día mediante rutinas y prácticas dando la apariencia de normalidad a la división de responsabilidades entre hombres y mujeres. Esta visión binaria de la realidad se refuerza mediante la práctica: ¿quién cocina?, ¿quién limpia?, ¿Qué tipo de trabajo es reconocido como tal y por ende, pagado? ¿Quién cuida?
Esto no es accidental, este es el sistema que sostiene el poder de los hombres.
Hoy, alrededor del mundo, las mujeres hacen entre tres a diez veces más trabajo de cuidado no pago y tareas domésticas que los hombres. Igualmente, representan el 70% de la fuerza laboral que provee cuidado pago en el mundo.
Los hombres nos beneficiamos diariamente de esta situación. Nos permite dedicarle tiempo y energía a buscar posiciones de liderazgo y decisión en gobiernos y en el sector privado. Nos permite decidir las reglas del juego y cambiarlas a placer a nuestro favor.
Hemos creado un sistema en el que los hombres tienden a estar en posición de dominación sobre otras personas, especialmente, personas no binarias, mujeres, niñas y personas de la comunidad LGBTQI. Igualmente, sobre aquellos hombres que se resisten o se rebelan contra sus mandatos.
Este experimento forzado de la pandemia ha empezado a resquebrajar algunos cimientos de este sistema patriarcal. Esto se ha hecho más evidente al interior de los hogares. Un nuevo reporte de Promundo (en inglés) descata que en el año pasado “los hombres han hecho más trabajo de cuidado y de tareas domésticas que en cualquier otro punto de la historia reciente”
El reporte del Estado de la Paternidad en el Mundo nos da luces sobre los cambios posibles, con una advertencia: el tiempo para actuar es ahora. El reporte establece que al ritmo actual “el mundo está a 92 años de lograr la equidad en el cuidado no pago entre hombres y mujeres”
Este día del padre ofrece una oportunidad única de reflexión para los hombres y los padres. Cada día, más hombres encuentran en el cuidado como práctica y filosofía de vida una manera de recuperar parte de la humanidad perdida, robada por el patriarcado. Como hombres, debemos preguntarnos: ¿Somos lo suficientemente fuertes para cambiar?, ¿pueden la corresponsabilidad y el cuidado ofrecernos un camino de redención del patriarcado?
La violencia machista y el cuidado de los hombres
Por miles de años, el uso de la violencia por parte de los hombres ha sido socialmente tolerada o ignorada. Al mismo tiempo, se ha desalentado e impedido que los hombres cuiden y desarrollen las habilidades propias del cuidado. Esta situación es dañina para todas las personas, incluyendo a los hombres y los niños. La incapacidad de cultivar el cuidado nos deshumaniza.
En las culturas patriarcales, a los hombres se nos permite expresar frustración y enojo abiertamente y se nos ridiculiza por expresar emociones o llorar.
Antes de la pandemia, las tasas de violencia machista ejercida por los hombres contra personas de la comunidad LGBTQI, mujeres, niñas, personas no binarias y niños eran alarmantes. Durante la pandemia, esto se ha exacerbado exponencialmente como resultado de las medidas de restricción a la movilidad. Esto ha sido confirmado por la Naciones Unidas analizando datos sobre 142 estudios en 44 países, dicha información demuestra el devastador incremento de la violencia de los hombres contra las mujeres durante la pandemia. Para muchas mujeres, el hogar es más peligroso que el Covid-19.
Pero no tiene porqué ser así. El acto de cuidar, de ser cuidado y cuidar a otras personas (al igual que al medio ambiente) constituye un elemento central de lo que nos hace humanos. No es una cuestión de biología sino un componente esencial de nuestras sociedades. Por esto, el cuidado debe ser visto como un bien social que contribuye a nuestro bienestar social y económico. Por tanto, el cuidado debe ser reconocido y redistribuido entre todos y no sólo ejercido por las mujeres y las niñas.
De la reflexión a la acción
El reporte presenta un plan de acción concreto con 7 acciones puntuales para cerrar las brechas del cuidado:
Oxfam se une al llamado a que todos los hombres usen sus privilegios y su poder para cambiar como personas y a desafiar leyes anticuadas y dañinas. Igualmente, a crear una cultura que valore y respete el cuidado, la corresponsabilidad y el trabajo doméstico.
- Establecer políticas del cuidado a escala nacional que reconozcan, reduzcan y redistribuyan el trabajo doméstico y el cuidado entre hombres y mujeres.
- Proveer protección laboral y acceso igualitario a licencia parental pagada al 100% para padres y madres por medio de una política a escala nacional
- Diseñar y expandir los programas de protección social que buscan redistribuir el cuidado entre hombres y mujeres con especial atención a las necesidades de mujeres y niñas.
- Transformar las instituciones del sector de la salud para promover el involucramiento activo de los hombres desde el periodo prenatal hasta el nacimiento y la niñez, incentivando su rol de cuidador.
- Promover la ética del cuidado de los hombres como norma social en las escuelas, los medios de comunicación y otras instancias clave.
- Cambiar las condiciones cultures y las políticas de los lugares de trabajo para apoyar las responsabilidades de cuidado. Asegurando que dichos cambios se reflejen en legislación a escala nacional.
- Hacer que se responsabilice a los líderes políticos hombres por su apoyo a las políticas que promuevan el cuidado al igual que la promoción de la equidad en la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo político.
En este día del padre esperamos que los hombres se unan a este trabajo, involucrándose en el día a día a ejercer con amor y esfuerzo el trabajo del cuidado. El momento de actuar es ahora.